4 de noviembre de 2010

Diego Sangri Marín - Ataúdes


 Encontré
que la hierba amarilla de noche
no es amarilla
y el único sonido es negro.

Quién nos visita no se,
estoy con tres personas
y yo soy otra.

De ver
los ojos tiemblan,
de oír cantamos medias voces.
tumbas, tumbas, tierra
para las tumbas. ahí
hay tumbas y digo
"si estás encadenado 
desencadénate.
si sufres deja de sufrir.
si te ahogas respira.
si estás soñando despierta".

a la par del espíritu la noche respira
y si te acuestas entre cinco tumbas -al centro-
estarás de su lado. lanzamos preguntas, historias, magia,
nos transformamos
con el eco de una voz muerta

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